dilluns, 11 de gener del 2010

DOCUMENTAL: 'Causa 661/52, la insolencia del condenado' sobre els guerrillers antifeixistes a Andalusia


S'estrena el documental 'Causa 661/52, la insolencia del condenado' dirigit per Falconetti Peña i que fou censurat per Canal Sur i que s'havia d'estrenar el 15 de novembre de 2006 en el 50 aniversari de l' afusellament de Ricardo Beneyto Sapena. L'obra indaga sobre la memòria social i política de les guerrilles antifeixistes d' Andalusia en la postguerra civil, centrat fonamentalment en las partides de maquis o “fugitius” de las serres d'entre Granada i Màlaga. El nom del documental es refereix a la Causa 661/52 contra Ricardo Beneyto Sapena "Ramiro" i Rafael Armada Ruz, ambdós, responsables polítics de l' Agrupación Guerrillera de Málaga-Granada. També fou contra Sebastián Ramos Díaz, Manuel Jiménez Espadafor, José Guirado Parra i Enrique Arroyo Lozano. MIRA'L ACÍ

El documental Causa 661/52 indaga, a partir de la historia de la Agrupación Guerrillera de Granada (tambien hay personajes de nuestra Comarca) y Malaga en las claves de ese desplazamiento.

Documental que tenía que haberse estrenado el 15 de noviembre de 2006, con motivo del 50 aniversario del fusilamiento de Ricardo Beneyto Sapena, pero que fue censurado por Canal Sur.

Publicamos y estrenamos para nuestros usuarios el documental 'Causa 661/52, la insolencia del condenado' documental dirigido por Falconetti Peña que indaga sobre la memoria social y política de las guerrillas antifascistas de Andaluzía en la posguerra civil, centrado fundamentalmente en las partidas de makis o “fugitivos” de las sierras entre Granada y Málaga. Documental censurado por Canal Sur, su director da un giro más de tuerca en el argumento preguntándose cómo es posible que incluso hoy día en pleno siglo XXI siga obstaculizándose el conocimiento fidedigno de la memoria histórica del pueblo andaluz.

El nombre del documental está sacado de la Causa 661/52 contra Ricardo Beneyto Sapena "Ramiro" y Rafael Armada Ruz, ambos, responsables politicos de la Agrupación Guerrillera de Malaga-Granada. Asi como contra Sebastián Ramos Díaz, Manuel Jiménez Espadafor, José Guirado Parra y Enrique Arroyo Lozano.

En palabras del propio autor, este documental se puede resumir así: La memoria histórica ha usurpado el lugar de la memoría política. La máquina normalizadora ahoga la potencia del relato, encierra las rupturas revolucionarias en la camisa de fuerza del melodrama.

Reseña del director Falconetti Peña

¿Qué diablos es la memoria Histórica?

Si toda memoria es por definición histórica, entonces, ¿por/para qué se usa esta expresión redundante?

La Transición Española se llevó a cabo gracias al Pacto de Silencio, que habría que denominar más correctamente como Pacto de Silenciamiento. El PSOE, el PCE, la UGT y otras organizaciones históricas silenciaron, ningunearon, depuraron, expulsaron y marginaron a aquellos que, desde sus filas, exigieron que se hicieran públicas las responsabilidades de los verdugos, confidentes y torturadores del franquismo. En 1978 sacar una bandera republicana en un mitin del PCE era considerado una auténtica provocación por parte del partido (1).

Así que, durante 30 largos años, la Memoria Política quedó relegada a las pocas organizaciones que no aceptaron el Pacto y a algunos individuos que llevaron a cabo sus investigaciones históricas sin apoyo ninguno.

Hasta que, en 2004, a instancias de la Fundación Pablo Iglesias (cuyo presidente es Alfonso Guerra) y dentro de una estrategia de lavado de cara del PSOE, se inició la gran campaña de Recuperación, no de la Memoria Política -lo cual hubiese implicado investigar el Pacto de Silenciamiento y exigir responsabilidades-, sino de un sucedáneo para consumo de ociosos denominado Memoria Histórica.

De repente, todo el mundo se interesó por los aspectos más duros de la Represión en los años de la Dictadura: congresos universitarios, homenajes, ediciones especiales de libros, documentales, películas, obras de teatro, novelas, monumentos, exposiciones, etc, etc, etc. Un aluvión de dinero al servicio de la sentimentalización del pasado, de su relectura en clave familiar, intimista, pequeñoburguesa, que el precarizado clan de los aspirantes a pesebrero recibió como agua de mayo (2).

La cultura progre es deudora directa del convento, se ha formado en el pasillo, en la puerta del despacho del catedrático, del editor, del productor. Eso le ha conferido, en tanto casta, un amplio conocimiento en el difícil arte de saber lo que no se puede decir pero que hay que saber. Oficiar de progre y no poseer esta sutil destreza es una pérdida de tiempo. Intentar darle gato por liebre a un progre, también lo es (3).

En 2004 aparecí en Sevilla con la idea de venderle un caramelo envenado a las instituciones autonómicas y a su medio televisivo. Presenté un proyecto documental de recuperación de la Memoria Histórica. Propuse un guión sobre la historia de un grupo de guerrilleros comunistas a los que traicionó su jefe. Drama, intriga, testimonios inéditos. Mi proyecto contaba con todos los requisitos para hacerlo atractivo a sus funcionariales cerebros. Y de hecho fue acogido con entusiasmo.

Mi idea era simple: cuando tuviese pasta les daría una patada en el cerebro a esos inquisidores del conocimiento contando la historia del silenciamiento, no sólo franquista, sino también izquierdista, al que habían sometido el pasado.

Quería lo imposible.

Evidentemente subestimé a mis oponentes. No contaba con que la productora, formada por antiguos conocidos de movilizaciones antisistema, ya había decidido sus fidelidades y se convertiría en un formidable enemigo para mis maquiavélicos planes.

El documental pasó de la sala de edición al despacho de un abogado, y ahí estuvo pudriéndose hasta que, gracias a ciertos fallos burocráticos de mis ex-compañeros, pude recuperar parte del material.

Con ese material he montado el presente documental, que ahora son dos documentales: uno el firmado por la productora y otro el firmado por mí.

El mío se llama CAUSA 661/52.

Y ya no es un documental propiamente dicho, sino un pequeño Frankenstein, hecho con los trozos de varios relatos, al que quiero dar vida para que siembre de pesadillas audiovisuales las profilácticas noches de los emisarios del consenso y vengue el honor mancillado de su padre.

NOTAS

1* Considero El precio de la Transición de Gregorio Morán obra fundamental para entender eso del Pacto de Silencio.

2*Intimidades Congeladas. Las emociones del capitalismo de Eva Illouz,contiene reflexiones muy interesantes sobre la sentimentalización del Yo como Trauma, Memoria y Superación.

3* Valga la siguiente anécdota: el Museu d’Historia de Catalunya organizó una comprometida exposición sobre la tortura durante la Dictadura, en la que se utilizaba como presentación la fotografía de Agustín Rueda tras ser asesinado por la policía. Unos conocidos tuvieron la idea de repartir panfletos en la puerta del museo denunciando la Tortura hoy en día y la colaboración de diversas instituciones públicas en la legitimación y silenciamiento de los abusos policiales y carcelarios. La respuesta fue ejemplar: los responsables de la Exposición reclamaron la presencia de los Mossos de Escuadra para que se hicieran cargo del grupo de alborotadores antisistema.

Otro texto de presentación del documental:

«El documental Causa 661/52 indaga, a partir de la historia de la Agrupación Guerrillera de Granada (tambien hay personajes de nuestra Comarca) y Malaga en las claves de ese desplazamiento.

Documental que tenía que haberse estrenado el 15 de noviembre de 2006, con motivo del 50 aniversario del fusilamiento de Ricardo Beneyto Sapena, pero que fue censurado por Canal Sur.

Publicamos y estrenamos para nuestros usuarios el documental «Causa 661/52, la insolencia del condenado» documental dirigido por Falconetti Peña que indaga sobre la memoria social y política de las guerrillas antifascistas de Andaluzía en la posguerra civil, centrado fundamentalmente en las partidas de makis o “fugitivos” de las sierras entre Granada y Málaga. Documental censurado por Canal Sur, su director da un giro más de tuerca en el argumento preguntándose cómo es posible que incluso hoy día en pleno siglo XXI siga obstaculizándose el conocimiento fidedigno de la memoria histórica del pueblo andaluz.

El nombre del documental está sacado de la Causa 661/52 contra Ricardo Beneyto Sapena “Ramiro” y Rafael Armada Ruz, ambos, responsables politicos de la Agrupación Guerrillera de Malaga-Granada. Asi como contra Sebastián Ramos Díaz, Manuel Jiménez Espadafor, José Guirado Parra y Enrique Arroyo Lozano.

En palabras del propio autor, este documental se puede resumir así: La memoria histórica ha usurpado el lugar de la memoría política. La máquina normalizadora ahoga la potencia del relato, encierra las rupturas revolucionarias en la camisa de fuerza del melodrama.»

1 comentari:

Antonio Zambrana ha dit...

Buscaré este documental a ver que tal.